Reforzar y consolidar las actividades vinculadas a los denominados “huertos urbanos” de ciudad. Este tipo de actividad, mucho más allá de ser lúdica o recreativa, es una potente herramienta de educación ambiental, de conservación de la biodiversidad, de sostenibilidad de la ciudad y sobre todo una gran vía para potenciar los hábitos saludables alimenticios y el fomento de la economía local y de proximidad, con prácticas hortícolas tradicionales
Algunas áreas metropolitanas han dado un paso importante para ir más allá. Así, el Parque Agrario del Sur de Milán, cuenta ya con más de 40.000 hectáreas dedicadas a la producción de alimentos para consumo de proximidad en 1.349 explotaciones que generan más de 4.000 empleos. El Parque agrario de Baix Llobregat, cercano a Barcelona cuenta ya con más de 3.000 hectáreas dedicadas al mismo fin.
Estas iniciativas están impulsando de manera decisiva una actividad primaria viable económicamente y que ofrece importantes ventajas de sostenibilidad y habitabilidad en los cinturones de estas grandes ciudades a la vez que es una vía de generación de empleo, riqueza, integración social y conservación de variedades locales, usos y costumbres tradicionales. Se ha generado en estos lugares unos verdaderos cinturones verdes vivos.
